TRASTORNO COMUN EN LOS NIÑOS: LA PREVALENCIA DE DÉFICIT DE ATENCIÓN ES ALTA


Por Karen G. Martínez, MD y Lelis Nazario, MD / Especial para Por Dentro

El trastorno de déficit de atención es la afección más común diagnosticada por los psiquiatras, especialistas en niños y adolescentes.

En Estados Unidos, los estudios han demostrado una prevalencia de 3 a 5% en niños de edad escolar y en la Isla, se estima una prevalencia similar.

El diagnóstico de esta afección se basa en la presencia de síntomas de inatención y puede o no presentar los de hiperactividad e impulsividad.

De hecho, existen varios tipos de Trastorno de Déficit de Atención (TDA):

• Combinado: presenta síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad.

• Tipo predominantemente inatento: sólo presenta síntomas de inatención.

• Tipo predominantemente hiperactivo e impulsivo: sólo presenta síntomas de hiperactividad e impulsividad.

Para poder llegar a este diagnóstico, el niño, niña o adolescente debe presentar estos síntomas frecuentemente y su conducta debe diferir marcadamente a la de otros que se encuentren en su misma etapa de desarrollo.

Mientras que los síntomas de inatención o hiperactividad/ impulsividad deben presentarse desde antes de los siete años aunque el diagnóstico se puede hacer a cualquier edad, incluso en la adultez.

Además, deben ser incapacitantes, es decir, que causen gran disfunción en el hogar, la escuela, el trabajo y en las interacciones sociales.

Esta conducta disfuncional debe ser presenciada en al menos dos ambientes sociales. Por ejemplo, en la casa y en la escuela.

Este trastorno es más común en niños que en niñas y se diagnostica mayormente en edad escolar (6-10 años). En la mayoría de los casos, los síntomas se mantienen estables durante los primeros años escolares hasta la adolescencia.

A partir de los 17 años en adelante, comienzan a disminuir, sobre todo los de hiperactividad e impulsividad. Pero hay algunos casos donde los síntomas no muestran cambios y persisten hasta la adultez.

Las causas de esta enfermedad no han sido identificadas en su totalidad. Los estudios demuestran causas biológicas, genéticas y del ambiente. Se conoce que su base es biológica/ genética pues es más común encontrar este diagnóstico entre familiares de personas que ya padecen el trastorno.

Además, hay una gran variedad de estudios científicos que demuestran cambios en la anatomía y en la química de los cerebros de las personas que la padecen.

Es de suma importancia que al momento de diagnosticar este trastorno se haga una evaluación completa del niño o adolescente. Pero no existe una prueba específica o de laboratorio, científicamente comprobada, que pueda decir que una persona tiene déficit de atención.

El diagnóstico es hecho por un equipo de profesionales de la salud después de una evaluación que puede incluir:

• Entrevistas detalladas con los padres con toma de historial clínico.

• Evaluación clínica de la conducta del niño/ adolescente.

• Historial y observaciones escolares.

• Evaluación formal por un psicólogo que incluya análisis de la inteligencia y del aprovechamiento académico.

• Evaluación neurológica con electroencefalograma.

• Evaluación física por médico primario (en especial examen de la vista y de audición).

La evaluación completa es necesaria para descartar otras afecciones que se pueden manifestar con síntomas parecidos a los del TDA.

Primordialmente, hay que descartar que los síntomas no sean parte de la conducta apropiada para el niño en su proceso de desarrollo. Sobren todo, en los de edad pre-escolar.

También, hay que descartar problemas de retraso mental, de aprendizaje, del habla y lenguaje o del desarrollo.

Debes tener en cuenta que los síntomas de inatención e hiperactividad se ven en otros trastornos psiquiátricos de ánimo, ansiedad y de uso de sustancias. Además, el TDA frecuentemente se presenta en conjunto con otros diagnósticos lo cual complica el tratamiento y el curso de la enfermedad.

El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un padecimiento común y limitante para los niños y adolescentes. Y hay una gran variedad de modalidades de tratamiento con evidencia científica de efectividad.

El diagnóstico a tiempo lleva al manejo adecuado de una afección que, al no ser tratada, conlleva a marcada disfunción social, fracaso escolar y problemas de conducta.

Para poder ofrecer el tratamiento adecuado, es importante que se haga una evaluación completa por un equipo de profesionales con experiencia en este trastorno, que se base en los estudios científicos y en los parámetros de diagnóstico y tratamiento establecidos.


Las autoras son psiquiatras especialistas en niños y adolescentes y catedráticas de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas. Más información en el (787) 766-0940.

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Recuperado el 11 de julio de 2010, de
http://www.elnuevodia.com/trastornocomunenlosninos-739183.html

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