Bye bye Dr. Spock (Adiós a los malos modales)
Por Daniela Di Segni (viernes 10 de diciembre de 2010)
En algún momento de nuestras vidas ser bien educado se volvió poco simpático, poco fashion o directamente mal visto. Un día no especificado se perdió la cortesía que obligaba a pedir por favor, a decir gracias, a saludar, a dejar pasar a los mayores primero y a ceder el asiento.
Fue como si, desde los años sesenta del siglo pasado, se hubiera cortado la cadena ecológica cuando el manual del Dr. Spock se volvió la Biblia indiscutida de la educación infantil, abonada y regada por el furor psicologista de la época. De pronto parecieron existir solamente los derechos de los niños, lo que sumergió a los padres en una especie de nube de confusión educativa.
No se debía exigir nada, los niños podían hacer casi todo. Podían dibujar las paredes para expresarse creativamente, no se los podía reprender si manchaban el tapizado con los dedos pringosos de dulce porque se frustraban, podían usar palabras desagradables. Conclusión, los niños hacían lo que querían y no pedían nada por favor o no saludaban si no querían.
Quizá fuera la reacción a una época anterior demasiado rígida y estricta, pero en el proceso se perdió lo que hacía agradable la vida. La sonrisa, el buen modo, los comentarios amables que funcionan en la sociedad como agradables almohadones amortiguadores para suavizar el inevitable filo de las situaciones cotidianas.
Lo primero es lo primero
Los buenos modos se aprenden desde muy pequeños y con el ejemplo. No puedes pretender que tus niños digan por favor si tú no se lo dices a ellos.
Para que se vuelvan hábito los buenos modales, como las tablas de multiplicar, se aprenden a fuerza de repetirlos. Pero intenta buscarle una vuelta de humor. Repetir solamente "Eso no se hace" o "No debes tal cosa" cansa y pierde fuerza. Si en cambio le dices a un niño "¿Qué pasó, se te olvidó la palabrita?" te dirá inmediatamente "¡Gracias!"
Debes estar convencida de que lo que propones es lo correcto pero, aún más importante, es que les transmitas el concepto de que una persona afable y educada es bien recibida en todas partes.
Muéstrales, representando situaciones cotidianas, que el apuro y el mal humor no son excusa para no saludar, para interrumpir o no considerar a los demás. Exagerando, caricaturizando y riendo los conceptos quedan mejor grabados.
Si les enseñas a los varones adolescentes a dejar pasar a las chicas primero, a abrir la puerta del auto, a ceder el asiento, y a las niñas a apreciarlo, entenderán que no es algo pasado de moda y cuando vean los resultados se convencerán.
Enséñales a discutir y defender sus ideas pero también a respetar las de los demás. No es fácil luchar contra la imagen que suelen dar nuestros políticos pero vale la pena el intento.
No nos ayuda nada enterarnos de que Spock, en un mea culpa espectacular, a fines de los ochenta, declaró que "se sentía responsable de todo lo que había sucedido en los EEUU en los veinte años anteriores con excepción de la guerra de Vietnam". Realmente no nos sirve porque es difícil revertir tanto nomeimportismo incrustado en la sociedad.
Como un lugar donde nadie piensa en el otro, en el que todos empujan para pasar primero, donde muchos olvidan decir por favor y pocas veces dicen gracias es un lugar muy poco agradable para vivir deberíamos plantearnos por dónde empezamos a reordenar las cosas. La única esperanza es que lo intentemos entre todos. Hay que comenzar por casa por los hijos de uno, buscando formas de recuperar el buen modo y la cortesía. Cuando lo logremos, nuestra vida va a ser mucho mejor, menos agresiva y violenta.
¿Te parece que los buenos modales mejoran la calidad de vida o no?
______________
Recuperado de http://espanol.blogs.mujer.yahoo.com/minuto-para-mama/paula-halperin-article/post/paula_halperin/28/Bye-bye-Dr.-Spock.html
Foto de http://www.guiadebebes.com/images/nino_malcriado.jpg
En algún momento de nuestras vidas ser bien educado se volvió poco simpático, poco fashion o directamente mal visto. Un día no especificado se perdió la cortesía que obligaba a pedir por favor, a decir gracias, a saludar, a dejar pasar a los mayores primero y a ceder el asiento.
Fue como si, desde los años sesenta del siglo pasado, se hubiera cortado la cadena ecológica cuando el manual del Dr. Spock se volvió la Biblia indiscutida de la educación infantil, abonada y regada por el furor psicologista de la época. De pronto parecieron existir solamente los derechos de los niños, lo que sumergió a los padres en una especie de nube de confusión educativa.
No se debía exigir nada, los niños podían hacer casi todo. Podían dibujar las paredes para expresarse creativamente, no se los podía reprender si manchaban el tapizado con los dedos pringosos de dulce porque se frustraban, podían usar palabras desagradables. Conclusión, los niños hacían lo que querían y no pedían nada por favor o no saludaban si no querían.
Quizá fuera la reacción a una época anterior demasiado rígida y estricta, pero en el proceso se perdió lo que hacía agradable la vida. La sonrisa, el buen modo, los comentarios amables que funcionan en la sociedad como agradables almohadones amortiguadores para suavizar el inevitable filo de las situaciones cotidianas.
Lo primero es lo primero
Los buenos modos se aprenden desde muy pequeños y con el ejemplo. No puedes pretender que tus niños digan por favor si tú no se lo dices a ellos.
Para que se vuelvan hábito los buenos modales, como las tablas de multiplicar, se aprenden a fuerza de repetirlos. Pero intenta buscarle una vuelta de humor. Repetir solamente "Eso no se hace" o "No debes tal cosa" cansa y pierde fuerza. Si en cambio le dices a un niño "¿Qué pasó, se te olvidó la palabrita?" te dirá inmediatamente "¡Gracias!"
Debes estar convencida de que lo que propones es lo correcto pero, aún más importante, es que les transmitas el concepto de que una persona afable y educada es bien recibida en todas partes.
Muéstrales, representando situaciones cotidianas, que el apuro y el mal humor no son excusa para no saludar, para interrumpir o no considerar a los demás. Exagerando, caricaturizando y riendo los conceptos quedan mejor grabados.
Si les enseñas a los varones adolescentes a dejar pasar a las chicas primero, a abrir la puerta del auto, a ceder el asiento, y a las niñas a apreciarlo, entenderán que no es algo pasado de moda y cuando vean los resultados se convencerán.
Enséñales a discutir y defender sus ideas pero también a respetar las de los demás. No es fácil luchar contra la imagen que suelen dar nuestros políticos pero vale la pena el intento.
No nos ayuda nada enterarnos de que Spock, en un mea culpa espectacular, a fines de los ochenta, declaró que "se sentía responsable de todo lo que había sucedido en los EEUU en los veinte años anteriores con excepción de la guerra de Vietnam". Realmente no nos sirve porque es difícil revertir tanto nomeimportismo incrustado en la sociedad.
Como un lugar donde nadie piensa en el otro, en el que todos empujan para pasar primero, donde muchos olvidan decir por favor y pocas veces dicen gracias es un lugar muy poco agradable para vivir deberíamos plantearnos por dónde empezamos a reordenar las cosas. La única esperanza es que lo intentemos entre todos. Hay que comenzar por casa por los hijos de uno, buscando formas de recuperar el buen modo y la cortesía. Cuando lo logremos, nuestra vida va a ser mucho mejor, menos agresiva y violenta.
¿Te parece que los buenos modales mejoran la calidad de vida o no?
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Recuperado de http://espanol.blogs.mujer.yahoo.com/minuto-para-mama/paula-halperin-article/post/paula_halperin/28/Bye-bye-Dr.-Spock.html
Foto de http://www.guiadebebes.com/images/nino_malcriado.jpg
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