El pequeño investigador (cuento)
Había un niño que se llamaba Alex. El pequeño nació en un pueblo costero al sur de Puerto Rico. Pero, era lo único que sabía de su pueblo. Así que se dio a la tarea de convertirse en investigador.
Le preguntó a su abuelita, doña Milagros, y esta le contó que Santa Isabel se llamaba así debido a que había una reina en Hungría que llevaba el mismo nombre. En honor a esta reina le llamaron al pueblo Santa Isabel.
- Y por qué le dicen la ciudad de los potros -, preguntó Alex.
- Le dicen así ya que aquí se criaron los mejores caballos del mundo. Muchos de ellos se convirtieron en campeones de carreras.
La abuelita de Alex le siguió contando que en el pueblo se cultivaban las mejores frutas y vegetales del país. Que sus playas eran una de las más hermosas que élla haya visto en su vida. Le contó como élla y sus amigos se bañaban en las aguas del río Descalabrado y como corrían por los cultivos de caña de azúcar.
Alex estaba muy emocionado por todas las cosas que había aprendido, así que al otro día se paró frente al grupo de su clase y les contó todas esas historias. Estaba deseoso de ser grande para poder hacer cosas bonitas por su pueblo y poder contárselas a sus hijos y nietos.
¿Te gustaría aprender datos e historias sobre tu pueblo? Pues, ve y pregúntale a tu abuelita o abuelito. De seguro tendrán mil historias que contarte.
Le preguntó a su abuelita, doña Milagros, y esta le contó que Santa Isabel se llamaba así debido a que había una reina en Hungría que llevaba el mismo nombre. En honor a esta reina le llamaron al pueblo Santa Isabel.
- Y por qué le dicen la ciudad de los potros -, preguntó Alex.
- Le dicen así ya que aquí se criaron los mejores caballos del mundo. Muchos de ellos se convirtieron en campeones de carreras.
La abuelita de Alex le siguió contando que en el pueblo se cultivaban las mejores frutas y vegetales del país. Que sus playas eran una de las más hermosas que élla haya visto en su vida. Le contó como élla y sus amigos se bañaban en las aguas del río Descalabrado y como corrían por los cultivos de caña de azúcar.
Alex estaba muy emocionado por todas las cosas que había aprendido, así que al otro día se paró frente al grupo de su clase y les contó todas esas historias. Estaba deseoso de ser grande para poder hacer cosas bonitas por su pueblo y poder contárselas a sus hijos y nietos.
¿Te gustaría aprender datos e historias sobre tu pueblo? Pues, ve y pregúntale a tu abuelita o abuelito. De seguro tendrán mil historias que contarte.
Comments