Resumen histórico sobre la educación ambiental
Por: Norman Joel de Jesús de Jesús, D.Ed(c).
La enseñanza o educación verde no es una idea novedosa, pues las primeras ideas se pueden encontrar en textos de de Juan Luis Vives (1492- 1540) que insiste en que debe valorarse el papel pedagógico del medio. Según Abreu Santelises (2009), el término educación ambiental aparece en documentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (UNESCO) desde 1965 y no es hasta el año 1972, en Estocolmo, durante la Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Medio Humano, cuando se reconoce oficialmente la existencia de este concepto y de su importancia para cambiar el modelo de desarrollo. Este autor señala que fue en este simposio donde fue constituído el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), entidad coordinadora a escala internacional de las acciones a favor de la protección del entorno, incluída la educación ambiental. Acciones que desde principios del siglo XXI han ido tomando mayor énfasis debido a los cambios que se han desarrollado en el ambiente y sus efectos directos en la vida del ser humano.
La literatura relacionada a el concepto señala que existe una serie de objetivos fundamentales para la enseñanza o educación verde. Entre los objetivos principales están:
1. Conciencia: la creación de sentido de sensibilidad hacia el medio ambiente y sus problemas.
2. Conocimientos: ayudar a que los estudiantes y la comunidad desarrollen destrezas cognitivas sobre lo que es el ambiente, como funciona y cuales son las responsabilidades del ser humano como parte esencial de éste.
3. Actitudes: desarrollar valores dirigidos a la utilización adecuada de los recursos del ambiente.
4. Aptitudes: ayudar a adquirir las aptitudes necesarias para resolver problemas ambientales.
5. Capacidad de evaluación: ayudar a establecer una metodología evaluativa de qué y cómo se está trabajando el asunto del medio ambiente, para establecer protocolos adecuados.
6. Participación: desarrollar el sentido de la responsabilidad como ente activo del medio ambiente.
Abreu Santelises (2009), señala que la sensibilidad ambiental puede considerarse una meta básica o meta previa a los otros niveles y que puede ser precursora de la concienciación ambiental, o sea, de una conducta ética y responsable hacia el entorno. La enseñanza verde debe ayudar a desarrollar las aptitudes necesarias para investigar el medio ambiente en su totalidad, y para identificar y solucionar los problemas ambientales. Para lograrlo es esencial que las metodologías educativas respecto al tema ayuden a sentir una motivación de participación activa, por lo tanto se deben identificar enfoques alternativos y tomar decisiones sobre el ambiente, basándose en factores ecológicos, políticos, económicos, sociales y estéticos, así como, educativos. Por ultimo, este autor expone que la enseñanza o educación verde se debe desarrollar a través de procedimientos metodológicos que sean coherentes con sus bases éticas y conceptuales de construcción del conocimiento a partir del sujeto que aprende, o sea, destrezas que desarrollen el pensamiento global hacia una visión de acción con el propósito de solucionar problemas que nos aquejan y poder vivir en un ambiente adecuado y en armonía con nuestras vidas.
La enseñanza o educación verde no es una idea novedosa, pues las primeras ideas se pueden encontrar en textos de de Juan Luis Vives (1492- 1540) que insiste en que debe valorarse el papel pedagógico del medio. Según Abreu Santelises (2009), el término educación ambiental aparece en documentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (UNESCO) desde 1965 y no es hasta el año 1972, en Estocolmo, durante la Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Medio Humano, cuando se reconoce oficialmente la existencia de este concepto y de su importancia para cambiar el modelo de desarrollo. Este autor señala que fue en este simposio donde fue constituído el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), entidad coordinadora a escala internacional de las acciones a favor de la protección del entorno, incluída la educación ambiental. Acciones que desde principios del siglo XXI han ido tomando mayor énfasis debido a los cambios que se han desarrollado en el ambiente y sus efectos directos en la vida del ser humano.
La literatura relacionada a el concepto señala que existe una serie de objetivos fundamentales para la enseñanza o educación verde. Entre los objetivos principales están:
1. Conciencia: la creación de sentido de sensibilidad hacia el medio ambiente y sus problemas.
2. Conocimientos: ayudar a que los estudiantes y la comunidad desarrollen destrezas cognitivas sobre lo que es el ambiente, como funciona y cuales son las responsabilidades del ser humano como parte esencial de éste.
3. Actitudes: desarrollar valores dirigidos a la utilización adecuada de los recursos del ambiente.
4. Aptitudes: ayudar a adquirir las aptitudes necesarias para resolver problemas ambientales.
5. Capacidad de evaluación: ayudar a establecer una metodología evaluativa de qué y cómo se está trabajando el asunto del medio ambiente, para establecer protocolos adecuados.
6. Participación: desarrollar el sentido de la responsabilidad como ente activo del medio ambiente.
Abreu Santelises (2009), señala que la sensibilidad ambiental puede considerarse una meta básica o meta previa a los otros niveles y que puede ser precursora de la concienciación ambiental, o sea, de una conducta ética y responsable hacia el entorno. La enseñanza verde debe ayudar a desarrollar las aptitudes necesarias para investigar el medio ambiente en su totalidad, y para identificar y solucionar los problemas ambientales. Para lograrlo es esencial que las metodologías educativas respecto al tema ayuden a sentir una motivación de participación activa, por lo tanto se deben identificar enfoques alternativos y tomar decisiones sobre el ambiente, basándose en factores ecológicos, políticos, económicos, sociales y estéticos, así como, educativos. Por ultimo, este autor expone que la enseñanza o educación verde se debe desarrollar a través de procedimientos metodológicos que sean coherentes con sus bases éticas y conceptuales de construcción del conocimiento a partir del sujeto que aprende, o sea, destrezas que desarrollen el pensamiento global hacia una visión de acción con el propósito de solucionar problemas que nos aquejan y poder vivir en un ambiente adecuado y en armonía con nuestras vidas.
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