Hablando de Asertividad en las Comunicaciones con los Educadores


Cuando se habla de relaciones interpersonales, los educadores deben estar preparados para aceptar críticas sin sentirse aludidos, sino, tomarlas como herramienta de cambios. Como educadores, deben estar preparados para motivarse a sí mismos y a los estudiantes, pues los estudiantes bien motivados tienen un mejor rendimiento escolar. En términos generales, se puede afirmar que la motivación es la palanca que mueve toda conducta, lo que permite provocar cambios, tanto a nivel escolar como de la vida en general.
Los maestros deben estar dispuestos al trabajo en equipo. El trabajo en equipo es un método de trabajo colectivo, “coordinado”, en el que los participantes intercambian sus experiencias, respetan sus roles y funciones, para el logro de los objetivos comunes al realizar una tarea en conjunto. Existen cinco elementos esenciales para el trabajo en equipo:
1.    Complemento: unión de destrezas de cada persona
2.    Coordinación: líder organizado
3.    Comunicación: abierta y retroalimentada
4.    Confianza: cada uno confía en el otro
5.    Compromiso: cada uno es responsable de los alcances
La comunicación es esencial en las relaciones personales. Por lo que la efectividad en la misma es fundamental. La comunicación efectiva es aquella que, a través de buenas destrezas y formas de comunicación, se logra el propósito de lo que se quiere transmitir o recibir. Dentro de este tipo de comunicación, el transmisor y el receptor codifican de manera exitosa el mensaje que se intercambia. O sea, que ambos entienden el mensaje transmitido. Para ello se deben seguir los siguientes pasos:
1.    Mantener el contacto visual
2.    Ser claro y preciso
3.    Elegir al mejor mensajero
4.    Reunirse cara a cara
5.    Fomentar una retroalimentación de 360 grados
6.    Esperar lo imprevisible, pues las cosas pueden cambiar en cualquier momento
La buena comunicación depende, a su vez, de la asertividad. Esta se define como “el estar consciente de lo que se hace y tomar las decisiones correctas ante los problemas que se presentan sin ser sumisos ni agresivos. Es quizás una de las tareas que más cuesta llevar a cabo y la que más dolor de cabeza da a los individuos. La asertividad es el ejercicio de la paciencia, el comprender y el desprendimiento.
Es importante tener un espíritu luchador siempre en alto y tomar la iniciativa de decir “no” a aquellas cosas que no se desean en la vida o que sienten que obligan a doblegar la dignidad propia como seres humanos. Para alcanzar tal nivel de asertividad, se requiere seguir una serie de pasos antes de que los individuos intenten enfrentarse al reto de dejarse sentir. Estos son:
1.    Determinar si la situación es una real o imaginaria
2.    Estar claro en qué se siente y cómo se siente
3.    Determinar si es posible responder a la situación
4.    Determinar cuál es la meta que se desea alcanzar
5.    Determinar qué consecuencias negativas se esperan
6.    Determinar sí existen alternativas para responder a las consecuencias
7.    Enfrentar el reto de ser asertivo
8.    Autoevaluarse ante la toma de decisiones
El educador es un líder transformativo y de él se espera que tenga una serie de características primordiales. Una de ellas es tener valores éticos y morales que le guíen. La asertividad es funcional, pues permite estar de acuerdo con uno mismos, mientras que se ayuda a los demás, teniendo como resultado un ambiente libre de toxicidades y lleno de felicidad.



Texto tomado de:
De Jesús, N.  (2010).  Desarrollo profesional y la salud organizacional de los maestros (Pp. 58 – 62).  Hato Rey, PR: Publicaciones Puertorriqueñas Inc. 

Notas: Los pasos sobre la asertividad son de Walter Riso. 

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