Tortitas de barro

Resumen del Artículo

Los científicos, filósofos, poetas y padres siempre han creído en la belleza y las bondades de la naturaleza. Sin embargo, la noción de jugar al aire libre se está perdiendo. Según estudios realizados en 1981, los niños pasaban un promedio de 100 minutos cada semana jugando al ire libre. En el estudio realizado en el 2002, ese tiempo se redujo a la mitad, apenas 50 minutos. Es una realidad la que vemos a diario, los niños desde pequeños poseen computadoras, televisores, “cd player” y los famosos juegos electrónicos. Pasan encerrados la mayoría del tiempo, y cuando salen a divertirse lo hacen en la noche en el cine y las reuniones con sus amiguitos de la escuela. Hay nuevos hallazgos que señalan los extraordinarios beneficios de jugar al aire libre, y estar en contacto con la naturaleza. El visualizar los colores que produce la naturaleza, te ayuda a diferenciar colores y a ampliar tu capacidad al observar objetos a distancia.
El aprendizaje comienza en los sentidos. Los expertos en desarrollo en la primera infancia concuerdan en que el mundo natural es la fuente principal de estimulación, un entorno que requiere el uso total de los sentidos. Además el sistema esquelético se fortalece y el cuerpo absorbe la vitamina D que necesita del sol. A los bebés y a los niños en edad preescolar les encanta jugar en la arena y el agua, y pueden pasar horas contemplando animales o plantas. Se recomienda que tenga en su jardín zonas de arena y agua llenas de equipo experimental para niños, como cubetas, alas y utensilios de cocina. Puede hacerle preguntas, para que observe colores , las pueda diferenciar. Los niños en edad escolar proyectan pensamientos de alto nivel cuando clasifican lo que ven y hacen inferencias de sus investigaciones. Recuerda el mundo está en nuestras manos lo único que hay que hacer es salir a explorarlo.

Reacción

En este artículo llama la atención la realidad de los argumentos cuando se explora el campo de la niñez. En la actualidad los padres comparten muy pocos con los hijos y mucho menos en actividades al aire libre. Aveces vemos padres que solo salen los fines de semana a los centro comerciales, y cómo los niños les encanta salir a jugar en las máquinas electrónicas e ir al cine, los padres piensan que esa es la mejor diversión que pueden tener. Algunos padres le compran películas de muñecos para que el niño se entretenga y se quede tranquilo. Es importante crear un balance en la infancia de un niño, debemos hacer que explore en la naturaleza y que utilize su imaginación a la hora de jugar. Debemos ayudarlos a que su educación sea completa: intelectual y física. Los niños deben realizar ejercicios como correr, brincar, saltar, gritar, columpiarse y divertirse con otros juegos al aire libre. Eso es muy importante para una buena condición de salud, tanto física cómo mental. El niño debe usar todos los sentidos desde temprana edad, para que su organismo cerebral se expanda. Por eso como educador primario debemos pensar que lo importante que es llevar a cabo una clase con la teoría unida con la práctica. Por ejemplo si damos una clase de ciencia dónde hablamos de las hojas de las plantas, debemos enseñarle dibujos, transparencias, pero también debemos sacarlos al patio y mostrarle las plantas que nos rodean. De esa forma el niño capta mejor la enseñanza y valora más la clase. Son muchos detalles, colores y diferentes objetos que el niño puede observar y palpar si le brindamos la oportunidad de que tenga un contacto con la naturaleza. Por eso debemos aportar para que los niños puedan ver el mundo de dos ángulos diferentes.

Referencia: Vélez, A. (2006). Artículo I: Tortitas de barro. [Trabajo no editado presentado en curso Ed.207]. PUCPR: Puerto Rico.

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