ESTUDIO COMPARATIVO DE LA ALIMENTACIÓN DE LOS NIÑOS EN MÉXICO VERSUS LOS NIÑOS MEXICANOS EN ESTADOS UNIDOS

Autor: Ricardo D. Ríos-Hernández*

Fecha: 1 de octubre de 2020

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Introducción

La alimentación es uno de los procesos más importantes en las culturas. Esta caracteriza la manera en que viven los sujetos y se relaciona con todos sus aspectos sociales. En la misma se involucra la economía, el concepto de la vida y muchos otros. Incluso, la manera en que las madres alimentan a sus hijos es parte esencial de esto (Aguilar, 2014).

En México, casi el 40% de la población infantil está sobrepeso. En 2016 un 94% de las escuelas públicas en el país vendían comida chatarra y 68% vendían refrescos azucarados. Como alternativa a esto, el Congreso mexicano ha presentado una propuesta de ley para evitar el consumo de bebidas y alimentos con alto contenido calórico en menores de edad (este movimiento ya ha sido aprobado en los estados de Oaxaca y Tabasco). Conscientes de que México es el mayor consumidor de alimentos procesados ​​en América Latina y el cuarto más grande del mundo, un grupo de expertos en economía interna y comerciantes locales, así como manufactureras internacionales, se oponen a dichas regulaciones (Espinosa, 2020).

Pero, qué comen los niños mexicanos. Es cada vez más común ver carritos de supermercado repletos de alimentos procesados, panecillos, galletas, jugos o bebidas azucaradas. Estos alimentos se utilizan como comida para la escuela. Según un estudio realizado por la Doctora Teresa González para determinar el estado nutricional de los niños mexicanos se encontró que el 27% de los menores de 5 años padecían de anemia (Alternativo México, 2015).

Una familia promedio mexicana destina el 30% de su gasto en alimentos clasificados como carbohidratos, calorías y grasas. Los alimentos de la canasta básica lo son el maíz, los frijoles, el arroz y los chiles. Para cocinar estos, es costumbre el uso de especias, verduras y carnes o pescados en las comidas cotidianas. Aunque la dieta varía entre regiones lo que nunca puede faltar son las tortillas, la salsa picante y los frijoles (Arena Pública, 2017).

En encuestas recientes se ha encontrado que las familias de bajos recursos tienden a consumir mayor número de carbohidratos, calorías y grasas. Entre los alimentos de mayor ingesta están la manteca, el bolillo y las tortillas, esto debido a que son más económicos que las verduras, las carnes, el pescado y los huevos. Las estadísticas señalan que un mexicano promedio consume 34 kilogramos de pan (70% blanco y 30% azucarados) (Arena Pública, 2017).

En México se acostumbra a hacer tres comidas principales al día: desayuno, comida y cena. Sin embargo, esto ha cambiado en los últimos años y depende de los horarios laborales de cada familia (Arena Pública, 2017). En estas comidas, una familia promedio come solo cuatro días a la semana verduras y frutas. El 14% del gasto en alimentos se hace en frijoles, habas y lentejas. El 32% de los hogares mexicanos no lleva una alimentación sana y variada. En la siguiente tabla se hace un resumen de los alimentos que se consumen por días (Arena Pública, 2017) y en la ilustración que le sigue está una lista de lo que es la canasta básica actual en este país (Gobierno de México, 2019). Además, se añade una gráfica de los estándares norteamericanos (Food & Drugs Administration, 2020).

 

Diario o casi diario

De cuatro

a cinco días

Tres días o menos

 

Un día

·         Tortillas y Arroz

·         Harinas (trigo, avena, maíz)

·         Aceite, Mantequilla, Manteca

·         Mayonesa y Crema

·         Azúcar, Miel y Mermelada

·         Café o té

·         Legumbres (frijoles, lentejas, habas)

·         Queso, yogurt o leche

·         Verduras

·         Futas

 

·         Huevo

·         Carne de res o pollo

·         Tubérculos: papas, zanahoria, cebolla

Pescados y mariscos




En cuanto al consumo de lácteos la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) recomiendan consumir por lo menos 500 mililitros de leche diarios. En México, las familias solo llegan a una ingesta de 340 mililitros por día lo que es considerado bajo (El Financiero, 2018). A esto hay que añadirle que solo tres de cada 10 niños y adolescentes no beben agua simple lo que lleva a que 8 de cada 10 tengan deshidratación (Santiago, 2018).

En un estudio, se encontró que solo el 26% de los líquidos que consumen los niños en México es agua potable. El otro 39% consume bebidas que no proporcionan una hidratación correcta. En total, la ingesta de líquidos es del 65%, lo que está por debajo de los promedios mundiales para niños y niñas entre las edades de la infancia (1 año) y la adolescencia (hasta los 18 años) (Santiago, 2018).

Contexto de la investigación de campo

            En los últimos años la emigración de niños hacia Estados Unidos ha ido en aumento. En 2017, casi nueve mil (9,000) niños, niñas y adolescentes mexicanos llegaron a ese país como consecuencia de la movilidad de sus padres en busca de mejores destinos. Este proceso conlleva un reajuste de ciertas costumbres. Uno de estos cambios son la alimentación, así que al considerar este factor es importante analizar cuáles son estos cambios (UNICEF, 2018).

            Para estudiar este problema se realizó una encuesta en un programa de desarrollo Infantil que da servicios a niños entre las edades del nacimiento hasta los cinco años en agosto de 2020. Este está ubicado en el estado de la Florida en EE.UU. y sirve a la comunidad de inmigrantes. El centro atiende a 67 niños, de los cuales 56 son de nacionalidad mexicana. De este grupo, 52 niños son de edad entre los 13 meses y los cinco años. Se repartieron 52 cuestionarios. Solo se recibieron de vuelta 50 en total. Esto representa el 96% de niños y niñas de edad preescolar.

            El propósito de escogido de esta población fue determinar si los niños mexicanos continuaban los mismos hábitos de alimentación cultural al cambiar de un país a otro. Para obtener una respuesta, se les hizo a los padres una encuesta de 10 preguntas. Estas fueron:

1.    Sexo de los participantes

2.    Edades de los niños y niñas

3.    Cantidad de comidas que estos consumen diariamente

4.    Comidas favoritas

5.    Comidas menos favoritas

6.    Consumo de agua

7.    Consumo de leche

8.    Cambios alimenticios

9.    Consumo de vitaminas

10. Porciones de tipos de alimentos

Resultados

A continuación, se presentan los resultados de la encuesta realizada. Estos se presentan en tablas y gráficas. Además, se incluye una comparativa con la información relacionada a los hábitos alimentarios en México. Finalmente, se desarrolla un análisis de la información.

En la primera ilustración se puede observar que 31 de los participantes del programa son del sexo masculino y 19 del sexo femenino.

En la siguiente ilustración se dividen las edades de los niños y niñas, según la encuesta. La mayoría estaba entre un 1.5 años y 3.5 años.  

Se les preguntó a los padres cuántas comidas hacían sus hijos diariamente. Se puede observar que la mayoría de ellos consume 3 comidas y una merienda, lo que se considera una alimentación típica. Cinco de ellos come en menor cantidad, mientras que 20 consumen más alimentos de los recomendados. Además, se observa que el consumo adicional está en una comida extra y en un exceso de meriendas. Estos respondieron: 

Cantidad de Comidas

Cantidad de niños y niñas

     2 comidas y 2 meriendas

1

     2 comidas y 3 meriendas

1

     3 comidas y ninguna merienda

3

     3 comidas y 1 merienda

25

     3 comidas y 2 meriendas

7

     3 comidas y 3 meriendas

4

     3 comidas y 5 meriendas

3

     4 comidas y 2 meriendas

2

     4 comidas y 3 meriendas

1

     4 comidas y 4 meriendas

1

     4 comidas y 5 meriendas

2

             Esto concuerda con Arena Pública (2017) que señala que en México se consumen tres comidas al día. Sin embargo, esta publicación no ha referencia a las meriendas. Se puede asumir que el consumo de estas es un cambio de hábitos al mudarse a los Estados Unidos.

             Se les preguntó: ¿Cuál es la comida favorita de su hijo? Estos respondieron, en su mayoría, de todo (23 niños). Los productos de mayor consumo fueron las frutas, la sopa de pollo, el arroz, los nuggets (pollo frito) y la pizza. Los de menor consumo fueron el maíz, el cereal, las empanadas dulces, el queso y los jugos. Es importante señalar que ninguno de los padres menciono los refrescos azucarados (sodas) dentro de la dieta de estos.  

Comidas Favoritas

Cantidad de niños y niñas

                     Arroz

7

                     Granos

5

                     Nuggets (pollo frito)

6

                     Pizza

6

                     Huevos

5

                     Salchichas

3

                     Papas fritas

5

                     Cereal

1

                     Empanadas dulces

1

                     Yogurt

2

                     Sopa de pollo

7

                     Queso

1

                     Frutas

9

                     Pastas

4

                    Jugos

1

                    De todo

23

           En esta tabla podemos observar que hay variante entre la canasta básica mexicana (Gobierno de México, 2019) y lo que consumen en Estados Unidos (EE.UU.). Se compara la diferencia de ingesta de alimentos elegidos por los niños con relación a su accesibilidad a estos. En México tenemos en primeros lugares el frijol y el maíz mientras que en Estados Unidos dentro de los primeros lugares se encuentran las pizzas y los nuggets de pollo.

Esto se debe a que el acceso de la comida rápida en EE.UU. es muy económico (un desayuno en McDonald’s oscila entre 1 a 5 dólares), por lo que la gente opta por esta alimentación y la hace parte de su dieta diaria para cubrir tanto el desayuno como la comida y la merienda. Cosa contraria en México, los precios de los establecimientos de comida rápida son muy elevado y no son accesibles para todo público, pues en ciertos casos ir a un McDonald’s es un lujo. Sin embargo, las proliferaciones de tiendas vecinales suministran un excedente consumo de productos chatarra a todos los integrantes de una familia, en un solo día se puede visitar estas tienditas promedio entre1 a 10 veces por día. Aun así, México aparenta estar perdiendo su batalla contra la comida chatarra (SIPSE, 2016).    

            En las comidas que menos les gustaban son los vegetales y las frutas. A 13 niños no les gustaban los vegetales, tales como las papas (3) la zanahoria (2), el brócoli (3), la espinaca (1), el cilantro (1) y los guisantes (1). A 4 niños no les gustaban las frutas, las menos favoritas fueron el aguacate (2), el kiwi (1), la calabaza (1), la guayaba (1) y la piña (1).

Comidas Menos Favoritas

Cantidad de niños y niñas

                     Vegetales

13

                     Avena

3

                     Atún

2

                     Frutas

4

                     Frijoles

2

                     Huevos

1

                     Pollo

1

                     Pasta

1

                     Comen de todo

23

            Esta tabla se compara con la tabla de la canasta mexicana (Gobierno de México, 2019) con diferencia en EE.UU. los niños no son muy selectos en productos orgánicos. Esto hace que el consumo de productos procesados sea mayor y, por ende, los efectos en la salud son observables.

            En el consumo de agua, la mayoría lo hace diariamente (82%), mientras que un 18% lo hace en ocasiones. En cambio, la mayoría consume leche (98%) y un 2% no lo hace.

Tipo de Leche

Cantidad de niños y niñas

            Materna

1

            Leche Entera

19

            Leche Entera 1% Grasa

16

            Leche Entera 2% Grasa

9

            Leche Deslactosada Entera

1

            Leche Deslactosada 1% Grasa

2

            Leche Deslactosada 2% Grasa

1

            No Leche

1

            Agua

-       Diariamente

-       A veces

 

          41

            9

           Se hace mención por la FAO que se requieren ingerir 500 mililitros mínimos diarios, cosa que demuestra en México penas se llegan a los 350 mililitros (El Financiero, 2018). En esta comparativa los niños en México están limitados a este recurso, pues se considera que su precio no se cubre fácilmente para una familia con más de 2 hijos aún con programas como la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO) (Flores, 2017). Sin embargo, en EE.UU. es obligación del gobierno otorgar este complemento alimentario a todos desde el nacimiento hasta cumplir los 18 años, se hace repartición a través de programas como el Special Supplemental Nutrition Program for Women, Infants, and Children (WIC) o dentro de las escuelas durante el receso escolar, bajo el programa de Justicia Para Todos del Departamento de Agricultura de los EE.UU. (U.S. Department of Agriculture, 2019). 

            Dentro de esta comparativa se incluye el acceso al agua potable. En EE.UU. un 82% de su población infantil tiene acceso y el otro restante prefiere por elección consumo de bebidas dulces como lo son los jugos. En el caso de México es lo contrario, pues solo un 65% de la población tiene acceso a la hidratación pero no quiere decir que sea de la manera correcta. Esto se debe a que se consume el gua endulzada con saborizantes artificiales o se ingieren bebidas gasificadas que no aportan de ninguna hidratación. El porcentaje restante, su acceso al agua potable es de difícil obtención (Santiago, 2018)

            En la pregunta relacionada a si habían observado cambios en la alimentación de los niños, la mayoría respondió que no. Dos respondieron que comían menos y dos que comían más. Ninguno de los niños tenía una dieta especial. 

En el consumo de vitaminas, 48 de ellos no consumen. Dos niños sí consumen algún tipo. Un padre señaló que le da a su hijo hierro, minerales y hierbas medicinales, mientras que el otro le da hierro y hierbas.

Finalmente, se les preguntó sobre la ingesta de cada uno de los elementos o grupos nutricionales (granos, vegetales, frutas, lácteos, carnes, grasas y azucares). El mayor consumo de grasas es de aceites al hacer las comidas, seguido de la mantequilla. Las porciones de mayor uso están entre una y dos en cada uno de los grupos.

 

Porciones

0

1

2

3

4

5

 

Cantidad de participantes por porciones

Lácteos

1

3

14

20

8

4

Carnes

---

17

22

11

---

---

Granos

1

14

20

13

2

---

Vegetales

2

22

14

11

1

---

Frutas

---

12

22

12

2

2

Grasas

---

48

1

1

---

---

Azucares

---

32

11

7

---

---

            Dentro de esta tabla se observa una diferencia por las adaptaciones y preferencia alimentaria que tienen los hijos de los migrantes al llegar a EE.UU. (UNICEF, 2018). Esto se debe a que al salir de sus países de origen el acceso a ciertos productos cotidianos se ven frenados al no conseguirse o simplemente son sustituidos por otros que satisfacen las necesidades. De igual manera, tiene impacto social la variedad y la accesibilidad de elementos que son limitados en sus países natales, tales como es el caso de la carne, leche o cereales. En este caso se observa que hay un mayor consumo de proteínas, lácteos y mantequilla dentro del grupo de niños en EE.UU., mientras que en México hay mayor consumo de carbohidratos, legumbres, vegetales y aceite vegetal. 

Conclusión

            Mi observación, al hacer esta investigación comparativa, principalmente fue por yo ser parte viva de la realidad de los cambios de hábitos alimenticios a raíz de la migración. Al ser mexicano y llegar a un país totalmente diferente (EE.UU.) me he visto forzado a cambiar mi dieta nutricional desde el primer día de llegada. Aunque nunca me vi limitado en obtener recursos en México, mi ingesta diaria era completamente diferente a la actualidad. Normalmente mis alimentos eran suministrados por mercados locales o estacionales, ricos en variedad orgánica y productos altamente frescos. El consumir arroz, frijoles y tortilla formaba parte de mi rutina casi como si no tuviera opción a suprimirlos, de igual forma enriquecía mi alimentación consumiendo altas cantidades de refrescos, papas, dulces en caramelos o en panes, así también de un exceso de productos elaborado con chile. A esto se le suma un consumo, pero no tan frecuente, de comida callejera (tacos, elotes con mayonesa, chicharrones preparados, dulces típicos, frutas con chamoy y paletas de hielo). Sin duda alguna bien alimentado, pero poco bien nutrido.

Conforme a mi integración al sistema extranjero, parte de esta rutina alimentaria cambio enseguida al verme limitado de lugares existentes para adquirir de esos manjares, así también, de no haber proliferación de puestos callejeros o tiendas de la esquina (y las tiendas que existen no están cerca de las zonas de vivienda). Mis salidas a comprar continuamente fueron mínimas, mi abastecimiento empezó a ser planeado por semana o mensual, llevando a casa todo lo requerido hasta la siguiente compra. Se tornaron en menor cantidad de vegetales frescos y mayor de vegetales enlatados o congelados, carnes, pescados y pollo congelado, frutas rara vez natural y mayor inclinación a frutas en conservas, se compraba solo agua embotellada y jugos artificiales. Además de mucha comida enlatada y pastas de harinas.

De igual manera los alimentos de mayor accesibilidad son de establecimientos de comida rápida. Estos tiene como base la fritura (papas, alitas de pollo, empanizados) y de ser acompañados con pan. Se hace fácil el encontrar establecimientos, de hamburguesas, pizzas, hotdogs, helados de leche y fuentes de sodas con tamaños de seis a 32 onzas de porción. Tarde o temprano terminé acudiendo a consumir, por lo menos tres veces a la semana, alguno de estos productos.

            En base a mi experiencia, he podido notar este mismo cambio de patrones alimenticios en la población migrante, pero con diferencias en hábitos y preferencias. Estas diferencias se deben a que existen dos tipos de población: los recién llegados y los que se han quedado hasta tener familia. Son estos dos grupos donde la población infantil tiene mayor impacto, pues estos se ven forzados a modificar su dieta y los que nacieron en el país americano crecen con la idea de la alimentación rápida como lo más tradicional. La accesibilidad de alimentos en EE.UU. ha llevado a que un tercio de esta población tenga sobrepeso y desnutrición, esto a pesar de que tienen la tradición de hacer actividades deportivas muy frecuentes dentro y fuera de la escuela (American Academy of Pediatrics, 2016). Esta diferencia se podría deber a que la preferencia de productos frescos y comidas en casa son prácticas principalmente realizadas por familias latinas y caribeñas. Los alimentos y bebidas de uso diario en otras comunidades tienen altas concentraciones de azucares, sales y aditivos.

            Aunque existen evidentes diferencias entre ambos grupos, los niños en México versus los que emigran a los EE.UU., existen similitudes en cuanto a los problemas relacionados al peso y la desnutrición. Como persona migrante definitivamente creo en la necesidad de balancear la alimentación y crear modelos de conciencia de lo que ingerimos. Es difícil cuidar de la nutrición y, aún más, cuando no se imparte cultura ni hábitos saludables. Los infantes son reflejo del entorno en que se desenvuelven y son los principales en ser afectados en cualquier contexto. Por eso, es de extrema necesidad aportar materia de prevención de alimentos malos para la salud, fomentar la comida fresca en casa como principio con productos orgánico y que estos, a su vez, se encuentren a mayor accesibilidad de la gente (como es el caso de México con los mercados ambulantes que con frecuencia suministran esta fuente vital). También puede ayudar las ferias de nutrición para orientar a los padres y la comunidad sobre la realidad de los cambios alimenticios.

 Referencias

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comprensiva de la alimentación humana.  Recuperado de, https://www.elsev

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            https://alternativo.mx/2015/12/comen-los-ninos-en-mexico/

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            https://www.healthychildren.org/Spanish/healthy-living/nutrition/Paginas/Child

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            sanamente.  Recuperado de, https://www.arenapublica.com/politicas-

            publicas/que-comen-los-mexicanos-ni-ricos-ni-pobres-se-alimentan-sanamente

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            Recuperado de, https://www.elfinanciero.com.mx/economia/mexicanos-toman-

            menos-leche-de-la-recomendada

Espinosa, F.  (2020).  La idea de 'ilegalizar' la comida chatarra para menores de edad:

un pulso entre salud y economía que moviliza a México.  Recuperado, de

https://www.univision.com/noticias/america-latina/la-idea-de-ilegalizar-la-comida-

chatarra-para-menores-de-edad-un-pulso-entre-salud-y-economia-que-moviliza-

a-mexico?utm_campaign=Al+Punto,PrimerImpacto,Univision+Noticias,Univision

Salud&utm_medium=social&utm_source=facebook,twitter

Flores, E.  (2017).  ¿Qué es la CONASUPO?  Recuperado de, https://prezi.com/

            rtmsziiy4chw/conasupo/

Food & Drugs Administration.  (2020).  Dietary guidelines for Americans.  Retrieved

from, www.cnpp.usda.gov.

Gobierno de México.  (2019).  Canasta básica de alimentos.  Recuperado de,

            https://www.gob.mx/canastabasica

 Santiago, J.  (2018).  Tres de cada 10 niños no bebe agua simple.  Recuperado de,

            https://www.salud180.com/maternidad-e-infancia/tres-de-cada-10-ninos-no-

            beben-agua-simple

SIPSE.  (2016).  Pierde México batalla contra la comida chatarra.  Recuperado de,

            https://sipse.com/mexico/impuesto-comida-chatarra-en-mexico-redujo-compras-

            5-por-ciento-212446.html

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https://www.unicef.org/mexico/migraci%C3%B3n-de-ni%C3%B1as-ni%C3%

B1os-y-adolescentes

U.S. Department of Agriculture.  (2019).  And Justice for All.  Retrieved from,

            https://www.usda.gov/oascr/and-justice-all


__________

* El autor es estudiante de la licenciatura en nutrición. Este documento es un trabajo presentado como parte de sus estudios. 


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