El baño (artículo)

No te preocupes si hasta hace poco tu hijo disfrutaba del momento del baño y ahora llora en cuanto presiente que le vas a bañar. Les pasa a muchos bebés alrededor del primer año de vida. Y es que a esta edad se hacen mucho más conscientes de sí mismos y de su vulnerabilidad, por lo que se asustan al verse entre tanta agua o al sentir que ésta les cae por la cabeza.
Lógicamente, el temor es más acusado si han tenido una mala experiencia en el mar o en la piscina, o incluso en la propia bañera (el agua estaba fría o demasiado caliente, les ha entrado champú en los ojos, han tenido la impresión de que se resbalaban...).
Primero, que se relaje
Para que tu pequeño pierda el miedo y comprenda que es normal que le bañes y le laves la cabeza, acomódale en su sillita de seguridad para el baño y déjale jugar con el agua. No hace falta que llenes la bañera; unas 6 pulgadas de agua son más que suficientes para poder lavarle bien y que él pueda chapotear a su antojo.
Un ratito antes de comenzar a lavarle (con un jabón infantil neutro, que no pique en los ojos), cántale su canción favorita, mete un barquito que flote en la bañera, dale algún juguete que pueda llenar y vaciar... Así se relajará.
Sumerge el pote cerrado de jabón en el agua, para que el producto se vaya templando y no le dé impresión cuando se lo apliques. A continuación, ve contándole cómo le vas enjabonando, para que sepa bien qué estás haciendo y no desconfíe, y deja la cabeza para el final. De este modo evitarás que se enfríe (ya sabes que ésta es la parte del cuerpo por la que más calor pierden los bebés) y, si se pone nervioso, podrás sacarle del agua enseguida porque ya habrás terminado tu tarea.
En el momento de aclararle el pelo es fundamental que le eches la cabeza ligeramente hacia atrás y que le cubras la frente con la mano que te queda libre, para que el agua no le caiga por la cara. Si tiene la sensación de que le falta el aire para respirar, es seguro que no querrá volver a bañarse.
Trucos
• Aplícale vaselina en las cejas para que el agua resbale hacia afuera.
• Prueba a ponerle un gorro de baño. En lugar de cubrir la cabeza, son una especie de viseras grandes que protegen la cara y dejan el pelo al descubierto para poder lavarlo (se venden en tiendas especializadas en bebés y en grandes almacenes y tienen un precio muy económico).
• También puedes poner a tu hijo en la frente una cinta elástica ancha, ajustada a su medida, de las que utilizamos para hacer deporte. Frenará el agua, evitando que a tu pequeño le caiga en los ojos y se sobresalte.

Referencia: Niño, M. (2006) Lavado de cabeza sin dramas. El País. Recuperado el día 22 diciembre 2006 de http://www.endi.com/noticia/familia/vida_y_estilo/lavado_de_cabeza_sin_dramas/132109

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